Renunciar por amor

04 Octubre 2024, 00:39 por Juan J. Solaiman

El tiempo, a veces, no perdona los errores que cometemos, y aunque se puede cambiar, hay heridas que no siempre sanan

Lucas siempre había sido un hombre marcado por su pasado. A los 38 años, llevaba una década casado con Daiana, una mujer que lo había amado incondicionalmente. Pero desde el principio, él no supo cómo corresponderle. Cargaba con heridas profundas, cicatrices invisibles que no lo dejaban entregarse por completo, y en su dolor, sin querer, lastimó a la persona que más quería.


Durante años, Daiana intentó entenderlo. Ella quería salvar lo que un día soñaron juntos, pero poco a poco su corazón se fue desgastando. Estaba triste, cansada, y aunque Lucas intentaba cambiar, el daño ya estaba hecho. Lucas, al ver su dolor reflejado en los ojos de la mujer que amaba, comenzó a sentirse culpable. Se esforzó, intentó todo lo que estaba a su alcance para revertir lo que había destruido, pero nada era suficiente. Daiana ya no podía soportar más, y por más que él lo intentara, la relación parecía irreparable.


Con el tiempo, el peso de la culpa lo consumía. Lucas sabía que, a pesar de su amor y de sus esfuerzos tardíos, lo mejor para ambos era terminar con el sufrimiento. Una tarde, destrozado por dentro, tomó una decisión. Con el corazón roto, escribió una carta:


"Daiana, me voy porque quiero que seas feliz, aunque sea lejos de mí. Lamento no haber sido el hombre que necesitabas, y lamento que mis errores hayan apagado tu luz. Te amo tanto que prefiero verte libre de este dolor que estar atado a él. Perdóname, cuida de ti. Siempre serás mi amor, pero ahora mereces volar. Lucas."


Sin hacer ruido, se marchó. No dejó más que esa nota, esperando que algún día Daiana pudiera encontrar la felicidad que él no pudo darle.


La enseñanza detrás de la historia de Lucas es que el tiempo, a veces, no perdona los errores que cometemos, y aunque se puede cambiar, hay heridas que no siempre sanan. A veces, lo más valiente es dejar ir, incluso cuando duele, para permitir que ambas partes encuentren la paz y la felicidad.

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